miércoles, 30 de diciembre de 2015

Mierdas

A la mierda la poesía que no llenas,
los días que no acabas,
los besos que ya no deseas.
A la mierda la prisa si no tropiezo contigo.
Si el error no eres tú,
si el daño no es en mi piel.
A la mierda la autoestima,
los huesos de mi clavícula
la risa comprometida.
A la mierda tú
hasta que me llamas,
hasta que me buscas,
a la mierda tú 
hasta que aparezco en tu cama.

A la mierda todo.
Desde mis suspiros que no entiendes
hasta una piel erizada que no ves.
A la mierda los silencios,
las horas aniquiladas
tus putas dudas,
las musas que no soy yo.
A la mierda el amor no correspondido,
a la mierda el sexo que lo sustituye.
A la mierda las caricias que ilusionan,
los orgasmos que retuercen.

A la mierda todos esos que no imaginan lo que siento,
a la mierda tú con ellos,

Todo, todo a la mierda. Menos yo.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Incondicional

Si vas a despeinarme algo, que sea el pelo, que el alma no hay quien la devuelva a su sitio luego.
Si vas a dejarme, que sea con la boca abierta, impresionada, alucinada...
Si vas a morderme que sea en los huesos, que así el daño te lo haces tú.
Si vamos a perdernos ves calculando la ruta más corta a ninguna parte para no llegar nunca.
Si ponemos distancia entre nosotros que sea en kilómetros y no en latidos.
Si me haces besar el suelo, que me enamore de él y no de ti.
Si me dices que vaya cuando quiera no iré. Iré cuando tú me lo pidas.
Si vas a venir, ven cuando menos me lo espere.
Si vas a traer algo, tráete solo el sol.
Si vas a llevarte algo, llévatelo todo.

Si vas a sacarme los colores,
mi color favorito eres tú.

lunes, 14 de diciembre de 2015

Hasta que no sonría, no pares

¿Como se le llama a esas ganas irrefrenables de vivir, en la que no ves una pared que te frena sino un obstáculo a derribar?
¿Al sonido de una risa,
como el transporte al otro lado del mundo?
¿A las miradas que hacen que cambies de estación del año de un simple pestañeo, a las caricias que van abriendo puertas y a las palabras que desabrochan mil ideas?
¿Cómo se llama cuando a veces el universo desespera, cuando no se caen las estrellas de un portazo?

Ven a olerme el pelo a ver si huele a humo, porque el fuego que creamos juntos, está descontrolado.
Y a pesar del incendio, los animales no han salido huyendo.
Al contrario, la naturaleza se está preparando.

Dicen que cuanto menos tarda un suspiro en ser correspondido con un beso, es que la tormenta está cerca.
Y yo llevo un buen rato escuchando tronar.
Ponte a cubierto que la tormenta está cerca.


martes, 24 de noviembre de 2015

Puertas

Quiero un café y un abrazo.
Y no esta puerta entreabierta, que da para que se cuele un mal viento, o se escape el gato de un susto.

Tengo guardado un abrazo que da para una vida.
Por eso no doy abrazos a cualquiera.

Aunque algunas veces podamos confundirnos de brazos, nunca lo haremos de corazón.
Tanto de los que recibimos,
como de los que damos.

A mí me han confundido con algunos abrazos.
Pero no te sabe tan mal cuando,
con lo que te confunden es con el corazón.
Eso sí que jode.

Cuidado con las puertas entreabiertas.
Nunca sabes cuando viene el portazo.

sábado, 21 de noviembre de 2015

Gracias

Gracias por volver 
Gracias por recoger mis escamas y devolverme al mar.
Gracias por besarme los labios cortados y sanar el abismo de las grietas.
Gracias por invadir mi espacio personal sin desmontar ninguna estrella.
Gracias por llenar de bao el cristal brillante de mis ojos,
Gracias por llenar de calor mi mirada.
Gracias por respirar conmigo de nuevo,
por girar juntos el reloj,
por pararlo también.
Gracias por intuirme de nuevo,
por hacerme volver y por dejar que me vaya.
Gracias, siempre gracias.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

¿A qué altura se navega en alta mar?

Recuerdo cómo le gustaba situarme entre el timón y su cuerpo.
No sé qué era lo que mejor sabía llevar.
Y a ambos, a mí y al mar, nos manejaba a la misma sintonía.
Follar en alta mar,
era la mejor manera de pasar las noches de verano.
No sé que me gustó más,
ser bañada por la luna o por esa manera de mirarme.
Tan seguro, tan suya, tan adentro.
Decían que ese verano volvimos a tener 15 años.
Y yo hice desaparecer la coraza que había tejido con paciencia con los hilos de los consejos de mamá.
-Confía en mí- me decía.
Y lo hice a ciegas. Absurda como esa niña de 15 años.

Y él entonces poco a poco dejó de enredarse en mi pelo y yo empecé a llenarme de polvo las manos.
Perdí el sombrero en alta mar.
Reventaron las mariposas de mi estómago.
Y después de gastarnos y desgastarnos nos rompimos de tanto usarnos.

Y aún hoy, en noches de luna llena, siento el vaivén del mar, 
sentada en el salón de mi casa.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Zumo de naranja

A veces te desayuno ácido,
otras dulce,
depende del intenso naranja del atardecer del día anterior.
Vamos a exprimirnos y a sacarle todo el jugo a nuestros besos.
Tengo ganas de saber de qué lado caen nuestras tostadas.
Besayunar será historia al lado de nuestras formas a la mesa.
Sobre ella, bajo ella, o sin ella.
Zumo de naranja sin colar,
con errores convertidos en aciertos,
con todo hasta colmar el vaso.
Pero yo lo que quiero es ser el beso que colma tu boca, que no quepan más que los míos.
Y nos desayunaremos las buenas intenciones, que las malas rebosen por las comisuras.
Los sentimientos a flor de piel,
dan para ramo y podremos ponerlo junto al epitafio de los miedos.
Así que cuando el miedo nos despierte, ayunaremos.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Teoría del caos

El año que me tatué una mariposa fue cuando conocí las consecuencias de su insignificante aleteo fuera de mi estómago.
La importancia tanto de querer,
como a sentirte querida,
hacer sin recibir nada a cambio.
No esperar nada de nadie.
Vencer llena de heridas,
perder pero mirando al frente.

Que a pesar de la tormenta desatada por la mariposa, no siempre unas alas te hacen libre. 
Pero sí la fuerza con la que las puedes mover.

Y ahora, desde el filo del precipicio, 
deséame suerte.

viernes, 21 de agosto de 2015

Supongo

Supongo que el amor
es como caminar sobre el mar,
como volar a ras del suelo,
como quemarte bajo la lluvia,
como ahogarte mirando al cielo.
Algo que te arrolla pero te hace sentir inmortal.
A la vez que te da el miedo de cien niños juntos pensando en los monstruos de debajo de la cama.

Y cuando te quieres dar cuenta,
esa persona, ya es la banda sonora de tu vida.

martes, 4 de agosto de 2015

Mar adentro

Mar adentro donde el mar lleva poesía en cada ola, por eso hay sentimientos que vienen y van.
¿Vienes a surcar mis labios o a llenarme de sal los ojos?

A través de las rendijas de mi vida se cuela la luz que traes desde el fondo de mis dudas.
Nunca pensé que se podía navegar tan bien en este mar de dudas.

Por eso naveguemos mar adentro, donde el sol se folla al horizonte, donde los besos saben a sal pero dejan en los labios un sabor dulce.
Donde no encontraremos orillas ni puertos pero sí mis caderas y tu espalda.

Mar adentro, lejos del ruido del desorden de la ciudad, pero con el escándalo de las miradas.

Mar adentro, lejos, libres, únicos.

lunes, 13 de julio de 2015

Vete

Vete, y quiero ver como lo haces.
Sin mirar atrás, decidido. Vete.
Vete con el peso del deseo que siento por ti.
Y que no se te derrame nada.
Vete con las ganas contenidas,
como las mías que estoy harta de derramar.
Vete y que no te vea nadie. 
Porque un te echo de menos no sustituye un te quiero pero es agradable sentir ambos.
Y eso haré cuando cruces el umbral de la puerta de mi vida.

Vete que cada vez que lo haces tengo que quitarme el fuego de encima. Y no sabes lo que cuesta volver a ser cuerpo.

Vete o quédate, pero vigila que no sea demasiado tarde, por si cuando regresas solo sea cenizas.

miércoles, 8 de julio de 2015

Animales

No necesito más que el ritmo lento de tus pasos acercarse.
Por detrás.
Con el instinto animal encrespando mi lomo mientras tu acaricias advirtiendo calma a la fiera.
Mi olfato acelerado delata hambre.
Mi corazón impaciente advierte el peligro.
Esta noche déjalo a un lado.

A pesar de llevar collar, vamos a ser animales por adiestrar.
Vamos a buscarnos el cuello.
A lametones con la vida que vamos descuartizando y tirando a un lado para sucumbir al instinto depredador.

Hoy no hay firmas, ni abogados, ni pensión, ni domingos de sofá, ni salir corriendo de casa sin café.

Hoy vamos a mordernos.

Luego no serán esas las heridas a lamer. 
Esas ya cicatrizan solas, porque esta saliva ya no cura.
Entorpece la salubridad pero calma al depredador.

Luego no hay luegos. Hay un para siempre marcado a fuego con las sabanas aún oliendo a ti.
Y yo sabiendo a ti.

Me gustan los para siempre que solo sabemos más que tu y yo.

Y ese recuerdo ajeno a que va a ser olvidado pronto para ser recordado para siempre. 

jueves, 2 de julio de 2015

Climatológicamente

Me gusta cuando me da esos abrazos en los que me eleva tan alto,
porque luego bajo a la tierra
con el pelo lleno de nubes.

Y ya fuera de sus brazos,
la condensación, me hace lluvia.

Sus besos hacen que me precipite
y no me refiero a lo que hace el agua
cuando cae del cielo.
Ni tampoco a ir con prisas o antelación.
Es otra cosa.

Hay gente que al enamorarse,
construye una vida entera, 
que aún no han compartido,
alrededor de esa persona.
Yo construyo poesía a su alrededor.
Si muere el amor, por lo menos queda la poesía antes de la contaminación.

Hay veces que nos conformamos en perder media vida en miradas, 
Pero se puede recuperar en abrazos.
Otras, que perdemos la vida,
por abrazar a quien sabe mirarnos.

Y mi pelo sucio de nubes
me devuelve el recuerdo 
del vértigo de aquellos abrazos.

jueves, 25 de junio de 2015

Me pones oceánica

Traigo el coleo de cien peces
vivos sobre mi pecho por falta de aire.
Y el aleteo de mil aves migratorias 
anidando en mi pelo.

Llevo la sed del Sáhara 
atrapada en mis lagrimales 
y el viento de levante arremolinando
besos lanzados al aire, 
debajo de mi falda.

Ponme oceánica como tu sabes.
Brava, inmensa, incierta.
Libera la espuma de todos mis parpadeos y avisa al rompeolas.
Se me adivina torrencial 
por mi manera de soñar.

Haz de este sueño una fantasía 
y esta fantasía realidad.
Hazlo.
Hazlo una sola vez 
y lo soñaremos toda la vida.

Cierra el paraguas de colores
que no es fuera donde llueve.
Ábreme las piernas 
y siente la lluvia en la oscuridad.

Oceánica, llena de mares de dudas.
Profundos como la mirada de un niño perdido,
y dramáticos como no creer en uno mismo.

Ponme oceánica,
adivina desde dónde 
parte la próxima ola, 
y dejo que elijas 
dónde voy a romperme.

domingo, 21 de junio de 2015

Te recuerdo

Recuerdo el dolor de la pérdida, 
del adiós sin mirar lo que dejabas.
El llanto. El llanto también lo recuerdo.
Recuerdo el sabor a sal, todo mi verano precipitándose mejilla abajo.
Un sabor difícil de lamer. La sal.

Eres playa bajo el sol, decían.

Recuerdo las horas difíciles. 
Que fueron todas. 
Recuerdo como se volvieron domingos. 
Todos los días.
Buscando que algo volviera el día
diferente al anterior.
Pero era inútil si tu nunca apareciste por la puerta.

Recuerdo el ultimo beso que fue como el primero.
Un beso que lo besaba todo.
También recuerdo el primer beso que fue como el ultimo, insensato.

Desde entonces todas las bocas me parecen una provocación al peor recuerdo que me queda de ti, la boca. 
En la mía.
Y mi lengua.
Con la tuya.
Haciéndolo todo peor de olvidar
y fácil de recordar.

jueves, 18 de junio de 2015

El amor también tiene miedo de nosotros

¿Y si te digo que llevo el vestido de flores,
la trenza de lado
y todas las ganas concentradas
en la punta de mis dedos?

A mi que me apetece sentir
el peso de tu mirada
sobre el escote de mis letras,
sentir que me quieres
sin decir una palabra, o si.
Que me lo digas
porque hace mucho que no lo oigo,
o peor, que no lo digo.

Porque los mejores 'te quiero' se dicen
con el coño y el corazón lleno,
con la palabra lamida
y los ojos encendidos.

También me apetece quedarme sin aire en un abrazo,
aunque luego me falte también,
cuando estemos lejos.
Si me cortas la respiración,
me pido la tirita de tu lengua
curando mi pecho.

Tengo el bolsillo lleno de motivos para olvidarnos,
de hecho cada día van en aumento.
Sin embargo aplaudo a las polillas 
que agujerean la tela,
y a los pájaros que se los llevan lejos.

La razón de peso que nos dimos,
está a dieta.
Tiene el hambre del tercer mundo acumulada sobre los labios.
Y aunque dicen que con la lengua y la boca se hace lenguaje,
yo con ambas te hago un mundo.

El amor me pone la piel de gallina,
y aunque nadie es de nadie,
a mi me gusta sentirme acurrucada
en la palma de tus manos.

El corazón o las idas y venidas de la sangre.

Por eso anestésiame el corazón hoy
que necesito el coño 
con todas sus terminaciones
para ser acabadas.
Y luego colgaremos el letrero
de cerrado por derribo.

miércoles, 10 de junio de 2015

No quiero saber nada

No quiero saber nada
del hueco que queda entre tu cuerpo y el mío, en un abrazo.
Tampoco el aire que se queda fuera cuando nuestras bocas se besan,
celoso de la apnea,
como suspiros contenidos.

No quiero saber nada
de la asfixia del bello de mis muslos,
cuando se aprieten entre ellos,
porque estás sin estar.
Tampoco del tiempo que hace fuera,
porque no es frío,
en este verano forzado,
la respuesta que dan mis pezones
al soplido que lanzas a mi nuca.
No quiero saber nada
de donde van tus manos
cuando el dobladillo de mi falda
las llama a gritos.
Tampoco de la saliva
que no termina en mi boca,
o donde sea.

Realmente no debería de ti saber nada,
pero el caso es que quiero saberlo todo. 

jueves, 28 de mayo de 2015

Inexplicable para lo claro que lo tengo

No me puedo estar quieta
cuando pienso en ti.
Las orugas aceleran su transformación 
en inquietas mariposas 
para revolotear a destiempo 
en busca de un nuevo mundo.
Del suelo al cielo.
Pues así yo contigo.

A veces fundida en tus sabanas,
otras con la piel arrancada para proteger la tuya.
Arropándonos sin nada entre nosotros,
solo con susurros y miradas.
Y silencios, de esos tan cómodos como ensordecedores.

La penumbra de la noche 
se ve interrumpida 
por el brillo de tus ojos.
Sigo pensando que es increíble 
como me miras 
cuando entramos en ese estado de conexión 
viendo cómo nos miramos mutuamente.
Increíble.

Y me tocas el alma sin levantar un dedo.
Y me levantas el alma sin tocarme un pelo.

Eres droga. De la dura.
Y lo digo mientras te asoma el ansia por la bragueta, rompiendo esa soledad a la que pienso serle fiel compañera.

Aun no estás dentro de mi,
pero siento como eyaculan tus palabras sobre mi pecho
gateando entre mis piernas,
haciéndote un cinturón con ellas.

Y llegado el momento,
me encadeno a tu cuello
con el mejor abrazo 
que se me ocurre en ese momento:
con todas mis fuerzas.

sábado, 16 de mayo de 2015

Desequilibrados

A veces contemplamos la luna como si tuviera la respuesta a todo.
Y todo es nosotros.
Pinchazos en la noche me recuerdan que la herida está fresca 
a pesar del tiempo que llevamos corrompiendo nuestro presente y haciendo nuestro futuro más incierto.
Y que me importa esa incertidumbre
si lo único que me mantiene en pie
es este tambaleo.

Y me siento tan viva y extensa
que no existe puerta que me encierre
ni muro que no derrumbe.

Las heridas de guerra 
se cosen al viento 
y la sangre seca 
me dibuja tu nombre en el horizonte.

La luna juega al escondite entre las nubes de la noche. 
Ahora es ella la que me mira celosa, envidiosa, arañando los tejados, escapando de las azoteas,
tropezando con su propio brillo.

Los celos te enfrentan a ti mismo,
a ver qué versión de ti gana antes.
O nada. Y caos.

Al caos se llega sin uno darse cuenta. 
No tiene aforo limitado ni salida de emergencia.

La salida serias tu sino fuera porque cuanto más salgo de ti,
más perdida me siento.

Me da la risa cuando me quedo callada y quieta en mitad de la noche buscando el equilibrio de la balanza,
esperando que marque ni para ti ni para mi.
Pero con este vértigo, 
y este precipicio entre ambos,
imposible.

jueves, 7 de mayo de 2015

La deuda de los besos

Voy a darte un beso
por cada luna llena
que no hemos visto juntos.

Otro beso, por cada vez que el viento
ha soplado las olas,
arrastrando la espuma hacia la orilla.

Y otro, por cada vez que el sol
ha teñido mi pelo de rojo
al atardecer desde cualquier azotea.

Así y luego, tú me debes un beso
por cada vez que la luna
ha mirado hacia abajo
y nos ha visto separados.

Me debes otro beso
por cada vez que el mar ha roto a llorar,
cuando me ha visto sola en la playa.

Y me debes un beso
por cada vez que mi pelo teñido de sol
no ha tenido tus dedos
jugando con él en los atardeceres.

¿Saldamos la deuda?

jueves, 30 de abril de 2015

Utopía

Cuando el peso se va aligerando
y pasas de no poder levantarlo
a tener que sujetarlo para que no se vaya solo.
Así somos nosotros.
De notar el peso de los elefantes
bailando y pisoteando mi pecho,
a ver como es pluma
y revolotea por mis narices.

Hasta que se aleja y se vuelve inalcanzable.
Paradojas que me falte ahora más el aire
que cuando tenía al elefante encima.

No es que me falte el aire para respirar,
es que te has llevado todo el que tenía a mi alrededor.

Quiero un beso pluma, suave y delicado
para esta despedida luchada,
en el cuadrilátero de los sentimientos.
A veces me descubro a zarpazos con el aire,
intentando que esto no escape.
A que tú permanezcas.
Inventando situaciones que me lleven a ti.

Es inútil sacarte de mi cabeza
si a mi alrededor eres casi igual de palpable.
Eres como esa marca de comida rápida,
que pone su nombre delante de cualquier producto.
Sin querer hago lo mismo, pero contigo.
Y comerte entero también lo haría.

Algún día me gustaría ser aire para ti.
Pero de ese que entra y sale de tus pulmones,
que expande y oprime tu pecho,
que se pasea por tu boca,
tu lengua,
entre tus dientes,
por tu saliva,
por tu nariz.
Que no quede hueco para dejarlo pasar.

Pero no.
Hay aire sí, pero vacío, hueco, nada.
Empiezo a ser todo ese vacío que habita en tu interior.

Y vienes y te vas.

ITienes la culpa de toda la poesía,
la poesía que se lee y que se besa,
que se llora y se quema.
Eso es divertido hasta que te vas
y te lo llevas todo.

Y te vas.

No restas en mi cabeza
y ocupas lo mismo en mi corazón.
Eres como esa prenda con la cremallera rota,
de la que no me puedo liberar.
Eres como el roce que hace el camino,
así que ven a ayudarme a avanzar.

Y vienes.

No te llenes de condicionales
ni de futuros la boca,
porque ya no los creo
si no son sueños por cumplir,
objetivos entre las arrugas de las sábanas.
Sino es como observar
el vuelo de una mosca
delante de muchas bocas abiertas.

Y te vas.

La piel pierde la memoria de un verano a otro.
Y yo me los invento en bañeras de espuma y sal
y espejos empañados.

Me sostengo de "ya veremos"
y me alimento de "hasta luegos"
Pero a veces esa llamada no llega o ya es tarde.
Eso también es una llamada perdida,
la que no nace del grito,
de la voz.

Y es entonces cuando la poesía
se va de la mano de otra boca.

Peces de colores

Voy a romper ese escaparate
como mis buenas maneras,
a joder por joder.
Y gozar luego.

Bastará bajar un tirante 
por la curvatura ingenua de un hombro,
por conseguir la seguridad perversa de un hombre.

Tú. Por ejemplo.

Pistoletazo de salida a mi sien
y tu devorando todas mis ideas
nacidas de tantas ausencias.

Romper, 
tachar, 
silencio, 
tiempo, 
frío,
sinónimos de un nosotros sin nosotros.

Confundir orgullo con valor,
es el mayor error del cobarde,
que antepone excusas y mentiras
por no enfrentarse a la realidad.

La realidad de un te quiero, 
en la mentira de un silencio
que aprieta una boca cerrada
llena de ruido.

Una boca que cuando se abre
desliza por su lengua
miles de peces de colores,
pero que mueren coleando
sin aire en el suelo.

Los suspiros es aire desperdiciado,
pensamientos suicidados,
es pérdida y esperanza a la vez.

Aún así, ven a reponer el cristal,
que yo he roto,
del escaparate de los sueños,
antes de que estos se escapen.

martes, 28 de abril de 2015

502

Era invierno, de esos de mucho frío.
Pero no sé si temblaba por eso o por ti.
Más que por ti, por nosotros.
Porque juntos, éramos miedo.

Recuerdo que llovía.
Frío, lluvia, invierno, ¿qué más podía pasar?
A pesar de eso, tú lo eclipsabas todo.

Agarrada a tu mano,
el verano me recorría  como una descarga eléctrica.
Era tal la energía que desprendíamos,
que las farolas fundidas de la calle,
se encendían a nuestro paso.

Nuestra respiración acelerada,
empañó los cristales de aquel local.
Y tu beso en las mejillas, la frenó en seco.

Tenía acumulados tantos besos en la boca,
tantas palabras en el corazón,
tantas olas en mi orilla.

No recuerdo la música que hacía  bailar
tus dedos en mi pelo,
pero recuerdo a la perfección tu perfume.
De echo hoy eres muchos hombres caminando por la calle.

Tus manos permanecían quietas,
pero tus ojos no paraban de desvestirme.
A punto estuviste de abrirme la blusa de un pestañeo.

En nuestras cabezas sabíamos del huracán
que nos esperaba detrás de la puerta de la 502.

Fuera seguía lloviendo
y se unieron algunos truenos.
Las aceras se inventaron para acoger
el ruido de los tacones.
Me sentía tan segura a tu lado,
que no sé qué era lo que más ruido hacía.

Sin embargo,
y a pesar de todo ese mal tiempo fuera,
no supimos de la lluvia
hasta que nuestras bocas
coincidieron en la 502.

lunes, 27 de abril de 2015

Lunes sin ti

El sol entra violento por la ventana,
como el portazo que sembró el eco entre nosotros.
Yo creo que lo sabe. Sabe que estoy sola en la cama, porque hay un rayo 
que acaricia la punta de mis pies.

La sombra de tu cuerpo aún yace junto a mi,
se diría que aún está caliente.
Como un cuerpo hecho cadáver.

El silencio de la casa 
martillea el interior de mi cabeza.
Hace juego con los latidos acelerados de mi corazón.
No estás.

Las flores de las cortinas
parecen marchitas.
El café se ha acabado.

Y ahora plomo en los pies,
y trepar para que pasen los días.

Hay un sin tú en la cocina 
buscando dos tazas de café.
Un tú callado bajo la ducha
para que yo le ponga la canción..
Un tú mirándose 
en el espejo de mis ojos.
Y un tú que ya no está, un yo sin ti.

Parece que el día va a ser soleado
de esos de miradas encontradas,
de besos buscados,
de día perdido.

El dolor al corazón es 
inversamente proporcional 
a la poesía que puedo soportar escribir.
De momento solo se me ha caído diez veces el lápiz.

Con tu ausencia 
voy hacerme un jersey,
Verás qué calor luego sin ti.
Cuando las cosas no salen como queremos,
pisamos un poco el campo de la locura.
De hacer creer a la gente que estas bien y en realidad no es así.

Un lunes sin ti es como una vida sin mi.

Cuando el orgullo responde por ti,
puede que el castigo 
se vuelva en contra tuya.

Así que mejor busco 
la recompensa de tus ojos
frente a los míos,
de tu boca llena de mi nombre,
de mi cama llena de ti.

Y nada mejor que comprobar,
que siempre, 
más tarde o más temprano,
obtengo la respuesta esperada.
A ti.
Y sigue siendo lunes.