martes, 24 de noviembre de 2015

Puertas

Quiero un café y un abrazo.
Y no esta puerta entreabierta, que da para que se cuele un mal viento, o se escape el gato de un susto.

Tengo guardado un abrazo que da para una vida.
Por eso no doy abrazos a cualquiera.

Aunque algunas veces podamos confundirnos de brazos, nunca lo haremos de corazón.
Tanto de los que recibimos,
como de los que damos.

A mí me han confundido con algunos abrazos.
Pero no te sabe tan mal cuando,
con lo que te confunden es con el corazón.
Eso sí que jode.

Cuidado con las puertas entreabiertas.
Nunca sabes cuando viene el portazo.

1 comentario:

  1. En veinte "versos" cinco abrazos o brazos? Si crees que esto es poesía háztelo mirar.

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