viernes, 15 de noviembre de 2013

Adioses en el armario, como las polillas

Seamos adultos, 
como señores de bigote y corbata, 
de esos que se les toma en serio.

El armario se ha llenado de polillas.
De tanto no usar la ropa.
Pero llega la hora de llenarlo de adioses.

He retirado mis vestidos,
con sus curvas correspondientes.
Puedes colgar ahí tus sueños,
pontelos poco a poco.

El cajón de arriba
lo he vaciado de mis braguitas,
llénalo de retos nuevos.

El de al lado, el de los calcetines
también esta vacío.
Ahí caben ahora esas nuevas aventuras que te esperan.

Te dejo mi taza de los desayunos
llena de besos caducados.
Quería reponerlos pero quedé vacía de ellos.
Te los di todos. Te di tantos besos,
que he quedado hipotecada de ellos.
Ahora que no estás,
¿de dónde saco yo, para pagar mi deuda?

En esta despedida no veras lágrimas.
He llenado un cestillo de esparto con todas ellas.
Déjalas para que beban las polillas.