domingo, 6 de marzo de 2016

Recién follada

Los tejados son cómplices 
de la cercanía de nuestros corazones a pesar de la distancia de nuestros cuerpos.
Tú me hablas, yo te miro.
Yo te escucho, tú te mueves.
El sol es un simple adorno al lado del verde de tus ojos.
Y cómo me alientan!
Nunca había mirado a unos ojos que hablaran tan claro a la vez que callaran tan poco. Y no es lo mismo.
Y ahora se entienden con los míos.
Marrón oscuro, tu ron con limón.
Tus ojos me hacen bucear, 
los míos te hacen beber.
Ahoguémonos.
Un instante, un momento, 
un alma a disposición absoluta de otra.
Me droga mirarte. Verte. Observarte.
Y me excito.
Mi boca entreabierta,
tus manos fuertes,
estupefacientes.
Mi pelo, salvación donde agarrarte ante el abismo de mis gemidos.
Estira, aprieta, lánzate!
Y volamos tan alto, en proporción a lo profundo de nuestras miradas.
Y de lo que no son ojos también.
Qué guapo estás cuando estás dentro de mi.
Y hablo del grosor de tu alma
y de lo profundo de mi coño.

Nos sienta tan bien la guerra
porque sabemos como nadie firmar la paz.
Y con la punta de tu lengua 
rúbricas la paz en mi espalda.

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