Es como sentir el peso de un elefante sobre el pecho. A penas puedo respirar.
Sólo me da una pequeña tregua para lanzar un suspiro más al aire.
Y mi cabeza gira como noria sin nadie que la accione ni para que se baje ese pasajero que se ha mareado.
Y gira, gira...
Esos suspiros como pequeños aleteos de mariposa, casi mudos e inundados de ti.
Pecho preso con prohibición de sentir. Como esos domingos lapidarios que te llevan a sufrir estas resacas.
Y gira, gira mi noria interior. Y sigue mi pecho preso bajo los kilos del elefante. Aunque me pesas con dulzura dentro. Porque me das hasta donde puedes. Y lo que me das me lo bebo gota a gota. Así a mono dosis.
Pero en días de resaca como hoy, tengo una sed de beber océanos, sed de regadío en hectáreas, sed de deshielo... Sed de ti.
Y por ello me odio. Si me tuviera delante me daba un bofetón.
Ese que no te di en su momento, a modo de despedida con portazo incluido.
Pero tu no me vales.
A ti te marcaría la espalda de "te echare de menos" llenaría tu cuello de "no quiero verte más" y minaría tu pecho de letras. Así, cuando lo viera preciso detonaría en la distancia y formaría mi nombre en el cielo de tu boca.
Esto promete!!! ;-)
ResponderEliminarMuchas gracias Joselita! Que sorpresa, no sabes como me gusta leerte "en este nuevo mi espacio"......
EliminarBesazos guapa!
soy tu seguidora fiel :-)
Eliminarsuerte con tu nueva aventura!!!
te voy leyendo...
besazo
Q grata sorpresa!! Me está encantando esto!! A seguir así. Un Bikiño.
ResponderEliminarGracias David! Tu si que me has dado una sorpresa!
EliminarGraciasssssssssssss!!!
Todos seguidos he leido, y me encantan. Sigue escribuendo, sin prisa.
ResponderEliminarignaciogarcres