viernes, 5 de diciembre de 2014

Naturaleza

Te deseo tanto que la humedad me ahoga.
Me vuelvo selva, húmeda y salvaje.
Es como sentir que formo parte del origen de todo, que a la vez no era nada.
Pasamos por todas las estaciones.
No de tren, ese que me arrolle, como la vida.
Sino las que nos hacen ser marea alta y baja, ser calma y tornado.
Pasar frío cuando estas lejos y hacer una fiesta cuando llego a tu verano. Comerte las flores que crecen en mi pelo y enredarte con las raíces de mis piernas.
Suspirar en otoño por la caída de tus besos. 
Oír el eco del crujir de mi espalda, a tus pasos, a mis lamentos.

Seamos lluvia y arrasemos con todo. 
Como esas bocas que se desencajan entre besos y dentelladas.

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