viernes, 26 de abril de 2013

Días caducos

Contigo, de eso se trata,
de no fijarme en el dobladillo de las cortinas.
Es suficiente ver la luz
que deja pasar a según que horas del día.
Y cuando sea preciso,
cuando entra esa luz anaranjada y casi cegadora,
dejar que me abrace,
que me calibre,
que me afine,
que me de calidez
hasta la próxima ocasión.

Luz con caducidad y con fecha de expedición a la vez.

Y caducará, dices.
Como un yogur o un huevo solitario
en la nevera, sin sonrisa.
Que nadie quiere.

Tu recorrerás de puntillas
crujiendome con "adioses"
incrustandose en la espalda,
sin querer,
como los inviernos oscuros de Finlandia.

Pero algún día, ese que ya odio,
el menos pensado,
caducará esa luz.

No será un apagón, lo sé.

Será como la llama de una vela derramando cera,
sin dejar nada por quemar, por derretir.
Será tan ardiente como el primer día,
bien cierto es lo que te digo
y sino pon el dedo verás.

Y esa llaga será como la marca que nunca tuve
como recuerdo de un antojo materno, sino la herencia
como símbolo de lo que me quemaste siempre aquí,
bien adentro.

2 comentarios:

  1. pones mucho sentimiento en tu escritura, tienes que estar muy herida,por dentro.un beso y sigue escribiendo asi.salva66 en instagram

    ResponderEliminar
  2. Me encanta. Qué facil es quererte a través de tus palabras. Firmaré como anónimo para que me deje, pero mi despedida me identificará. Besiños

    ResponderEliminar