jueves, 2 de marzo de 2017

La luna ya lo sabe

Te espero en los accidentes de mi cuerpo, aunque el accidente es la espera.
Ya no quiero la paja.
Los experimentos propios,
para las ratas de laboratorio
del champú de mi pelo.
Quiero enjabonar tus ideas macabras
entre tu anillo y mi cama.
Yo ya rompí el velo hace tiempo.
Tu reloj y el mío no marcan lo mismo.
El tuyo es el que sigue marcando los tiempos.
El mío contempla el paso de las estaciones.
Por eso hice trampa una vez, 
parándolo en el verano,
pero nadie puede engañar a la luna y sus mareas.
Al final es la que lo sabe todo.
Y sabe que aún recuerdas la suavidad de mis accidentes,
el reflejo de tus ojos en el sudor de mi pecho,
el calor dentro del frío,
la lluvia esperándonos en la calle,
la niebla en tus zapatos,
las lágrimas de día y las sonrisas de noche,
tu resurrección inesperada en invierno,
mi muerte anunciada en verano...

Y todo eso lo sabe porque yo se lo he contado.

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