miércoles, 6 de enero de 2016

Anatomía pluscuamperfecta

No me gustan las alturas
a no ser que mire desde lo alto de tu espalda.
Sin embargo no siento la caída hasta que no veo como la arqueas.
Y tus abrazos que me hacen el cuerpo pequeño y el corazón gigante.
Tu pecho aparece lleno de primaveras anticipadas,
y caigo de boca a comerme todas las margaritas,
como ese animal salvaje que busca purgarse del mal amor acumulado dentro y a esperar a vomitar 
todos los te quiero callados.
Intento medir con la mirada
cuántos suspiros de distancia hay entre tu hombro izquierdo y el derecho.
Desisto, he perdido la cuenta.
Necesito domar mi lenguaje.
Y no me refiero a la forma de comunicarme, sino al uso de la lengua. Al buen uso. Ya sabes.
Poesía es ver cómo sales de la cama
y ver cómo tu desnudez atraviesa las cortinas de la ventana, es decir, eres tú la luz que sale hacia fuera y no al revés.
Tu cuerpo, ese conjunto de piel y huesos que me hace salivar.
El envoltorio perfecto de un interior por descubrir.
El mayor de los misterios que espero no llegar a descubrir nunca del todo.
Tu cuello el mejor sitio, donde echan ancla mis labios.
El mejor complemento para mis abrazos, 
La puerta para el diálogo entre nuestros latidos.
la yugular mejor expuesta.
Y ahora apaga la luz que voy a entregarte todas mis emociones.

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