martes, 24 de marzo de 2015

Las orejas al lobo

Obligados a olvidarnos,
a dolernos cada vez menos,
a que la distancia suavice las heridas,
a que la tierra que pusimos de por medio florezca.
A que las miradas se pierdan y nadie las busque.
A que los silencios en el tiempo sean proporcionales a la distancia que nos separa.
Me da más miedo verle las orejas al olvido que al lobo.
Miedo a verle los dientes a la rutina.
Miedo a los buenos días sin beso o
a los besos por inercia.
No puedes pedirle a nadie que te quiera,
Tampoco pedirle 'no me olvides'.
O la condena de un 'olvídame que ya no te quiero'.
El amor no se pide, pero se puede perder antes de tenerlo.
El olvido no amenaza, el desamor si.

Vamos a compartir el olvido,
un trocito para cada uno.
Cuanto antes nos lo comamos, antes nos olvidaremos.

Pero olvidar no es sinónimo de no recordar de vez en cuando 
esa boca,
esa mirada,
esas manos....

A ti. 

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