Como esas tormentas de verano, fuertes, intensas pero breves.
Incluso fue como un juego.
Una mezcla entre "el escondite" y el "pilla-pilla",
A veces estabas, otras no.
A veces me encontrabas, otras no.
Pero siempre ganábamos los dos.
Pensé que era un amor de tren, pasajero,
de ese que dura solo de estación a estación.
Una fiebre,
Un juego,
Un viaje...
Hasta que enfermamos de amor
porque duele.
Hasta que pusimos reglas al juego
porque no veíamos límites.
Hasta que fijamos un camino de retorno
porque nos perdimos.
Mencanta. Lo de "pasajero" un puntazo. Qué bien escribes filliña. Besiños
ResponderEliminarDavid